Columnas

La Tercera: El Presidente Boric, hoy

SEÑOR DIRECTOR:

La intervención del Presidente de la República en las exequias del expresidente Piñera merece el reconocimiento de todos los demócratas. Es un jefe de Estado que levanta la mirada y busca un camino que apacigüe las pugnas y explore entendimientos que beneficien a los chilenos. Su discurso fue valiente y genuino, sin renuncia a sus posiciones políticas legitimas, y capaz de una autocrítica a la forma de ejercer el poder en democracia. Su ejemplo vale para izquierdas y derechas. Los liderazgos de estatura deben levantar la mirada, advertir los riesgos nacionales y globales, y conseguir los acuerdos estratégicos ineludibles para rendir frutos en gobiernos cortos.

Tras una gestión marcada por errores y tropiezos, el Presidente Boric está revelando una notable capacidad de aprender sin complejos, de rodearse de mejores equipos y promover el diálogo intergeneracional. Avanza en la dirección correcta; me siento interpretado hoy con su política nacional e internacional y espero que la afiance.

Lo que ocurre en América Latina debe ser objeto de atenta reflexión. No somos inmunes a la inestabilidad institucional, la fragmentación partidaria, el avance del crimen organizado y la inseguridad, la desigualdad y el estancamiento. El fracaso de líderes populistas que ofrecen varitas mágicas demuestra que gobernar la complejidad exige seriedad y colaboración, no improvisación y personalismo.

Los mejores dirigentes de gobierno y oposición debieran proceder con sindéresis para juzgar al otro. La izquierda debe matizar su juicio sobre Sebastian Piñera, que fue un demócrata. Ojalá su impronta más liberal se imponga en la derecha. Como expresó recién Aznar, expresidente español, Piñera ganó porque movió la derecha hacia el centro, distanciándose de sus sectores extremistas y pinochetistas. La derecha, a su vez, debe superar su intransigencia y reacción automática de refutar cualquier acto o afirmación que provenga del Presidente, por insuficiente o insincero.

Los próximos dos años ofrecen una oportunidad. El rechazo por el pueblo chileno a dos proyectos divisivos de nueva Constitución es un mandato claro a favor de priorizar acuerdos estratégicos. Sin una mínima base de acción común, quien gane las próximas elecciones encontrará márgenes muy estrechos para innovar. El testimonio de los expresidentes democráticos y la conducción actual del Presidente Boric podrían guiar hacia un nuevo ciclo.

Sergio Bitar