Columnas

El País: Toxicidad política en X (Twitter)

Examinamos más de 28.000 mensajes de políticos y otros usuarios durante la campaña para el plebiscito constitucional de diciembre pasado, descubriendo cosas relevantes sobre la comunicación política en redes

Uno de los factores que contribuye a la percepción negativa de los políticos en Chile es su asociación con la violencia, esta es una de las conclusiones de nuestro estudio sobre violencia societal de septiembre 2023. Para ahondar en tal percepción, analizamos las comunicaciones de los políticos en redes sociales. Así, en nuestro estudio sobre toxicidad y violencia en X (Twitter), examinamos más de 28 mil mensajes de políticos y otros usuarios durante la campaña para el plebiscito constitucional de diciembre pasado, descubriendo cosas relevantes sobre la comunicación política en redes.

Consideramos mensajes tóxicos aquellos que contienen ofensas, insultos y formulaciones de frases que buscan denostar, desacreditar o difamar y que no son parte de una deliberación democrática sana. Este tipo de mensajes tiende a difundirse rápido en la red y distorsionar las discusiones políticas, transformando con frecuencia a X en un espacio bastante hostil. Si bien los usuarios en general tienden a ser más violentos que los políticos, éstos igualmente difunden cierto tipo de toxicidad para sus propios fines contribuyendo a la violencia digital con sus tuits. Casos como los de Trump, Bolsonaro y Milei son ejemplo de este tipo de comunicaciones tóxicas y ya hay en Chile quienes desean emularlos.

Lo primero en señalar es que la mayor parte de los políticos no emitió mensajes tóxicos ni violentos; al analizar los mensajes mediante la API Perspective, comprobamos que de un total de 12.868 tuits de políticos, sólo un 16,9% de mensajes presentó algún grado de toxicidad. De este porcentaje, los mensajes que lograron mayor impacto en la red por su nivel de interacciones fueron aquellos de toxicidad media y no los de más alto nivel de violencia. Esto puede deberse a que sin ser directamente ofensivos este tipo de tuits pueden hacer escalar discusiones escandalizando de manera estratégica a las audiencias y llamando la atención de la prensa.

En segundo lugar, formando nubes de palabras con NPL (Natural Language Processing) con el contenido de los mensajes, pudimos ver que los tuits tóxicos tuvieron la capacidad de contaminar la discusión general sobre el plebiscito constitucional con insultos y temáticas que no dicen mucha relación con el contenido del texto plebiscitado. En la nube aparecieron en destacado referencias a Pinochet y los comunistas, mostrando lo anclado en el pasado que estuvo el debate. Por otro lado, se notaron claramente los ataques a Boric y al Gobierno como una estrategia de campaña, al igual que el tema de la seguridad y la delincuencia, además de insultos de diverso tipo. Particularmente el hashtag #QueSeJodan instalado por la campaña del a favor, logró elevar el nivel de toxicidad de los mensajes, no por la etiqueta misma sino por el contenido tóxico asociado a ella. Sin embargo, quienes más lo utilizaron fueron los partidarios del en contra; al final, los que intentan defenderse de un ataque renviando la injuria a los hostigadores, terminan siendo arrastrados al lodo.

En tercer lugar, constatamos claramente que la mayor cantidad de mensajes tóxicos y en particular aquellos de alta toxicidad, provinieron de partidarios del a favor y de políticos de derecha y extrema derecha. Algunos de sus mensajes podrían ser calificados incluso como de odio y es muy preocupante que partidos que aspiran a mejorar la democracia en sus discursos, no sean capaces de sancionar este tipo de conductas en miembros de sus filas. De una lista de 15 políticos con más mensajes tóxicos durante la campaña, nueve son de derechas al igual que los cuatro primeros lugares, en quinto lugar hay un comunista y también le siguen otros políticos de centro e izquierda. Notemos que el abanderado presidencial de Republicanos, José Antonio Kast, aparece en el lugar 12. Si bien esta medición fue en el período de campaña, al ampliarla en el tiempo podría arrojar más sorpresas, pero es probable seguir encontrando a los mismos personajes.

Buena parte de los políticos que constantemente emiten este tipo de menajes tóxicos, lo hace como estrategia esperando movilizar por odio y rechazo a más seguidores. Es muy probable que este fenómeno se incremente en Chile ya que políticos sin convicciones democráticas van a aprovechar las redes sociales para ganar audiencias furibundas y hastiadas con la política más tradicional, esperando transformarlas en apoyos políticos. La historia ya es conocida, pero estamos a tiempo de evitarlo.

Tanto los medios de comunicación como los políticos y ciudadanos con convicciones democráticas tienen una importante responsabilidad en no ser cómplices de estas estrategias tóxicas y violentas. Aunque estos mensajes no son la norma en política, al igual que una gota de veneno en un vaso de agua, podrían terminar intoxicando letalmente nuestra democracia.