Un contexto a considerar
En este año 2019 la nación argentina entra en un proceso electoral de enorme trascendencia para el país y para la región. El 27 de octubre tendrá lugar la primera vuelta electoral presidencial; paralelamente se elegirán 130 diputados y 24 senadores nacionales. Si ningún candidato presidencial alcanza el 45% de los votos o, bien el 40% de los votos con una diferencia de 10% por sobre el segundo, habrá balotaje el 24 de noviembre. En lo que va del año ya 14 de las 23 provincias argentinas han tenido elecciones a gobernador (cabe recordar que Argentina es un país federal, en donde las provincias y sus autoridades tienen cuotas importantes de autonomía y poder político). Sólo en una de ellas, Jujuy, ha ganado el oficialismo, mientras que en las restantes han triunfado candidatos opositores, en su mayoría peronistas. Hay un punto importante de destacar, es que la campaña presidencial ha tomado ribetes de extrema brusquedad y de matrices propagandísticas ya conocidas en otras presidenciales, algunas con mucho éxito y otras no, como la Chilezuela, Brasilzuela, Mexizuela y, ahora en esta elección Argenzuela agitando el miedo y el descalabro venezolano para intereses políticos internos
La gestión del presidente M.Macri
La presidencia de Mauricio Macri arroja un balance socioeconómico escabroso: el país está sumido en un proceso de recesión con alta inflación (57,4% proyectado para 2019); el índice de pobreza supera el 33,6% con un 6,1% de indigencia; la desocupación sobrepasa los dos dígitos (10,1%); el tipo de cambio peso/dólar frenado artificialmente con altísimas tasas de interés y niveles inusitados de endeudamiento externo, que en la gestión de Macri ya suma USD 190.081 millones. Lejos de las versiones que predominan en la prensa chilena, el gobierno de Macri está atravesado por graves capítulos de corrupción en la justicia; turbias licitaciones de obras públicas que involucran a sus parientes y una millonaria fuga de capitales que empobrece al país cada día.
Hacia las PASO y las presidenciales
En el terreno político, el escenario electoral fue noticia permanente desde el 18 de mayo pasado, cuando la ex presidenta Cristina Fernández postula a Alberto Fernández como candidato presidencial, relegándose al segundo lugar de la fórmula, como candidata a vicepresidenta. La decisión de CFK sacude el tablero político argentino y abre la posibilidad de que esta fórmula Fernández-Fernández amplíe su base de apoyo político-social a otros sectores del peronismo, como de hecho sucedió al incorporarse el ex candidato presidencial Sergio Massa, líder del Frente Renovador y otros líderes que, en el estilo dialogante de Alberto Fernández,acercaron posiciones con el “Frente de Todos” como se ha dado en llamar al conglomerado político. Obligado por esta sorprendente movida política, el actual presidente y candidatoMacri reacciona proclamando como compañero de fórmula a otro peronista, el senador Miguel Ángel Pichetto. Si bien acerca a algunos sectores peronistas, la decisión le trae inconvenientes con su socio político, la Unión Cívica Radical. El 11 de agosto se celebrarán las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), proceso que muchos ven casi como una primera vuelta electoral, ya que las principales fórmulas presidenciales y a gobernadores de cada sector, están decididas y lo que se pondrá en evidencia, es la relación de fuerzas entre los bloques mayoritarios. Estos son: “Frente de Todos” con la fórmula Fernández-Fernández y “Juntos por el Cambio”, con Macri-Pichetto. A gran distancia se ubica “Consenso Federal”, encabezada por el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, que también lleva como vicepresidente a un peronista, el gobernador de Salta, Juan Manuel Ortubey. Un territorio clave en la disputa electoral es la Provincia de Buenos Aires, que concentra un tercio del electorado nacional. Allí las principales fuerzas en campaña están encabezadas por la actual gobernadora macrista, María Eugenia Vidal –la figura política mejor posicionada del macrismo- y el ex ministro de economía de Cristina Fernández, Axel Kiciloff, quien ha crecido notablemente desde que lanzó su candidatura pocos meses atrás. La campaña electoral hacia las PASO en agosto y luego la primera ronda en octubre ya está desatada. En general, las encuestas por ahora le dan ventaja que ronda los 8-9 puntos a la dupla Fernández por sobre Macri-Pichetto en la primera vuelta, y una leve ventaja a la misma fórmula en una eventual segunda vuelta. Tanto Mauricio Macri como Cristina Fernández tienen un alto porcentaje de rechazo, factor determinante en la segunda vuelta electoral.
Efectos políticos de esta elección
Para el progresismo latinoamericano, la elección argentina reviste vital importancia estratégica. Una victoria presidencial de la dupla Fernández sería punta de lanza en la disputa política del progresismo y la izquierda democrática en la región, precisamente cuando gobiernos de derecha cuestionan avances democráticos, de justicia social y de derechos humanos cosechados, sobre todo, en la primera década del siglo XXI y el poder de sectores de ultraderecha es mucho más que una amenaza, como lo demuestra el caso de Brasil. Para Chile, en particular, no resulta neutral lo que suceda en las elecciones del país con quien comparte la segunda frontera más larga del mundo y con quien tiene importantísimos vínculos políticos, económicos y socioculturales.