Opinión

Los sinsabores de un cliente de Movistar

No sé si a alguien le ha pasado, quizás mi experiencia es muy especial, pero creo que es necesario compartirla, pues muestra a lo que un cliente de Movistar puede estar expuesto.

El día 2 de mayo mi teléfono fijo dejó de funcionar. Me comuniqué con la empresa Movistar. Luego de un par de días llegó un técnico que me hizo saber que había un problema en la planta externa. Ello se habría solucionado el jueves 9 de mayo. El mismo técnico me señaló telefónicamente a mi celular que seguro mi problema con la línea fija se había resuelto. Le informé que no. El me señaló que se comunicarían conmigo desde la empresa. Desde esta me llamaron, pero no para disponer una visita técnica sino para decirme que, según sus registros, mi problema se había resuelto. Repetidamente le indiqué que no.

Esperé hasta el lunes 13 de mayo y volví a comunicarme con la empresa. Como siempre la persona que tomó la llamada telefónica fue muy ‘amable’, pero no me solucionó el problema. Me dijo que organizaría una cita para el día miércoles 15 de mayo. Le hice ver que mi problema a ese momento ya tenía 11 días y que, por tanto, esperaba una solución más rápida. Frente a mi insistencia me indicó que el técnico vendría ese mismo día lunes. Esperé toda la tarde y la visita no fue realizada.

Me comuniqué nuevamente el día martes 14 de mayo. Señalé de nuevo que era urgente que me resolvieran el problema. Como me señalaron que no era posible una visita técnica el día indicado, pedí hablar con el supervisor. La persona que se identificó como Diana Gutiérrez hizo caso omiso de mi exigencia y me dijo que debía esperar hasta el 15, en un horario además en que no nos era posible recibirlos.

Decidí recurrir a la Subsecretaría de Telecomunicaciones, pues creo que este problema les sucede a muchos clientes. Seguramente, la continua presencia de fallas y un equipo insuficiente de técnicos explica este lamentable abuso con los clientes. Santo remedio. El viernes 17 de mayo tenía tres móviles operando frente a mi casa hasta que se resolvió el problema

Por ello por fin he recuperado mi línea telefónica y la conexión de Internet. Conversando sobre este cúmulo de problemas, un amigo me dijo que por los mismos servicios que yo tenía contratado, por los cuales yo pagaba $44 mil, el pagaba solo $27 mil. Es decir, por no se cuánto tiempo pagaba un exceso de $17 mil. Mi problema era que no había dedicado mucho tiempo para investigar permanentemente si podía acceder a una mejor tarifa. Se trata sin duda de un cobro excesivo. No puede ser que las empresas de telecomunicaciones operen de una forma tan impune.

Me comuniqué nuevamente con la compañía y luego de mucha insistencia el asesor telefónico reconoció que me podía reducir el cobro. Según lo que entiendo, en 4 días a partir de la última fecha indicada debería empezar a pagar la nueva tarifa.

Al ver que mi llamado había tenido éxito para reducir el pago por la telefonía fija, quise hacer lo mismo con mi línea móvil. Ahí se me informó que no era posible una reducción, pues ya estaba siendo beneficiado con un descuento de 20%.

Sin embargo, al seguir indagando me enteré que estaba pagando $7.500 mensuales por un mensaje que me llegaba diariamente a mi teléfono móvil con asesoría ‘marital y sexual’, el cual debo decir que me resultaba muy desagradable, pero como no sabía como cortarlo, simplemente no lo leía. Jamás me imaginé que estaba pagando por él. Le expresé a la asesora telefónica que yo no había contratado (al menos conscientemente) ese servicio. Me señaló que Movistar nada tenía que ver con el ‘servicio indicado’, que ellos se ‘limitaban a cobrar los $7.500 junto con la cuenta telefónica’. Pedí que se me diera de baja y luego de alguna insistencia logré hacerlo.

La atención telefónica es otro problema grave. Para llegar a hablar con el técnico(a) que debiera resolver el problema es necesario pasar por múltiples barreras, y además recibir todo tipo de ofertas comerciales que resultan patéticas en momentos en que el reclamo no se resuelve.

Creo que la empresa debería hacer lo siguiente: Deducir de mi pago mensual los servicios no prestados. Darme una compensación por todo el período en que los servicios de telefonía fija e Internet -por los cuales he estado pagando en torno a $44 mil- no los he podido utilizar. Que se me reembolsen los $15 mil pagados por un servicio de asesoría matrimonial y sexual vía mi teléfono móvil que yo no autoricé en ningún momento (al menos conscientemente) y que Movistar (empresa que, según la asesora telefónica Marilyn León, nada tiene que ver ) se ‘limita’ a cobrar el importe mensual. Que Movistar indique fehacientemente que ella no tiene nada que ver con la empresa que me hizo el cobro de la asesoría sentimental.

La Subsecretaría de Telecomunicaciones, por su parte, debe tomar cartas en todos estos asuntos. No puede ser que Movistar ande a la caza de incautos, ya sea de la tercera edad que encuentran a veces dificultades para seguir la pista de los cobros y la gente activa, hombres y mujeres que deben dedicarse a su trabajo y a sus hijos y no tienen tiempo para estar ‘al aguaite’ para que las empresas (llamadas de “servicio público’) no abusen de su posición.

Contenido publicado en El Mostrador.