ESTUDIO – Resiliencia Democrática: activismo político en contextos de violencia
Un nuevo estudio que se basa en entrevistas en profundidad a 256 activistas y periodistas de toda la región realizadas durante el 2019, sobre el contexto de violencia por el que atraviesa el activismo en América Latina.
El 51%de los encuestados manifestó que fue violentado en entornos digitales durante el último año.
En prácticamente todos los países de América Latina las mujeres son las más violentadas y Nicaragua es el país con mayores agresiones a integrantes de la comunidad LGTBI.
Se han prendido todas las alarmas en las democracias de la región. El 2019 se consolidó como el año de mayor emergencia de gobiernos con tendencias autoritarias y represivas, y en consecuencia, también como el año de más estallido social. Ante este escenario, las fuerzas que defienden a la democracia deben reorientar sus estrategias, herramientas y formas de acción. Casos como Chile y Colombia dejaron al descubierto graves casos de abusos policiales, pero también de amenazas desde civiles.
Es por ello que la Fundación chile 21 y Asuntos del Sur realizaron este estudio basado en entrevistas y encuestas a activistas de la Región para poder entender los peligros que enfrentan, sus percepciones y los desafíos que se les presentan.
Para Eduardo Vergara, director ejecutivo de Chile 21, la región vive momentos que definirán la seguridad para los próximos años y apunta a responsabilidades de gobiernos y policías. “Por décadas las políticas de seguridad se han basado en la mano dura, generando más violencia, pero por sobre todo usadas para exculpar a los gobiernos de su responsabilidad de proteger. En paralelo, las policías han tenido impunidad para ejecutar prácticas que violan Derechos Humanos y en casos que han causado muertes. Debemos exigir que las autoridades no solo entiendan que son las responsables de proteger, sino que de garantizar que ciudadanas y ciudadanos puedan ejercer sus derechos a manifestarse en paz.” Al mismo tiempo, Matías Bianchi, director de Asuntos del Sur puso el foco en la importancia de este estudio. “Durante el 2019 realizamos un extenso trabajo, porque estamos comprometidos con movimientos sociales de toda la región que día a día nos piden ayuda, pero por sobre todo nos confían desgarradoras historias. Debemos agotar todos los recursos, que parten por poner en conocimiento público esta situación, la que viven millones de activistas en la región más violenta del mundo.”
Además del análisis de la información recolectada en diferentes países de nuestra región, este documento presenta un conjunto de buenas prácticas y modelos de acción que nos parecen relevantes, junto con marcos institucionales que pueden llegar a ser necesarios para la resiliencia democrática tanto en América Latina como el mundo. A medida que las formas de activismo y lucha social van cambiando, los gobiernos han demostrado una inacción tremenda para entenderlos y, sobre todo, para garantizar que estos puedan ser llevados a cabo con normalidad, paz y convivencia.
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